Civismo:
El civismo (del latín civis, ciudadano y civitas, civitatis,
ciudad) o urbanidad se refiere a las pautas mínimas de comportamiento social
que nos permiten convivir en colectividad.1
Un ejemplo de civismo es cómo se comporta la gente y cómo
convive en sociedad. Se basa en el respeto hacia el prójimo, el entorno natural
y los objetos públicos; buena educación, urbanidad y cortesía. El uso del
término civismo tuvo su origen en la Revolución francesa e inicialmente,
aparece unido a la secularización de la vida que esta supuso.
Las normas del civismo son diferentes en cada país aunque la
mayoría tiene la misma función, que es, respetarse mutuamente para tener una
convivencia agradable. Por ejemplo, los vecinos usan continuamente las
instalaciones y los servicios de la comunidad y se ven todo el tiempo, por eso,
es vital que haya una buena convivencia entre ellos (es decir, ser educado y
amable de manera que no haya conflictos).
Se puede entender como la capacidad de saber vivir en
sociedad respetando y teniendo consideración al resto de individuos que
componen la misma, siguiendo unas normas de conducta y de educación, que varían
según la cultura del colectivo en cuestión.
El Civismo:
El civismo, sinónimo de ciudadanía, es un comportamiento que puede llegar a ser espontáneo
cuando se ha aprendido.
No es solo emocionarse cuando la selección mete un gol,
o llenarse de orgullo al cantar el himno nacional.
Puede reflejarse en acciones que promueven el bienestar de los demás.
No está condicionado al hecho de tener dinero o no; de
ser niño, joven o anciano; de ser religioso o ateo, de ser hombre o mujer.
No es solo emocionarse cuando la selección mete un gol,
o llenarse de orgullo al cantar el himno nacional.
Puede reflejarse en acciones que promueven el bienestar de los demás.
No está condicionado al hecho de tener dinero o no; de
ser niño, joven o anciano; de ser religioso o ateo, de ser hombre o mujer.
Ser buen ciudadano, por lo general se aprende desde la niñez.
Un niño o niña cuyos padres le inculcan valores,
tiene mayores posibilidades de convertirse en un buen ciudadano.
El ambiente social afecta la vida personal. Si favorece el civismo
facilita que surjan las personas modelo y los líderes.
Después de todo, el liderazgo es una habilidad que se adquiere.
El liderazgo es saber servir a otros y no que los otros le sirvan a alguien.
Un niño o niña cuyos padres le inculcan valores,
tiene mayores posibilidades de convertirse en un buen ciudadano.
El ambiente social afecta la vida personal. Si favorece el civismo
facilita que surjan las personas modelo y los líderes.
Después de todo, el liderazgo es una habilidad que se adquiere.
El liderazgo es saber servir a otros y no que los otros le sirvan a alguien.
Se trata de actividades solidarias y desinteresadas
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